Hicham ha vuelto a la casilla de salida. El veloz extremo del Málaga ha iniciado estos días un nuevo proceso de reintegración progresiva al trabajo con sus compañeros con la esperanza de que este intento sea el definitivo. Los técnicos quieren ir con la máxima prudencia dado el amplio historial de lesiones musculares que arrastra el marroquí, pero existe cierta esperanza en que esta vez pueda ser la buena.
El atacante blanquiazul ha sido sometido a diversos tratamientos en los últimos meses en Madrid y en París en busca de una solución definitiva a sus eternos problemas físicos. En la capital francesa le impusieron un plan específico de recuperación que ha seguido a rajatabla. Ahora, una vez superada la última dolencia muscular, vuelve a probarse y a intentar su regreso.
El club aún no ha perdido la esperanza de recuperarle para la causa. Su talento es indiscutible y su capacidad de desequilibrio ha quedado probada cuando ha estado a su nivel. Sin embargo, las lesiones le han tenido prácticamente en blanco durante un año y medio y el proceso debe ser gradual. Paso a paso, esa es la premisa. De momento, el objetivo es ir ganando sensaciones poco a poco para ir cogiendo confianza y aumentando la carga de trabajo de forma paulatina.
Hicham, que acaba contrato el próximo 30 de junio, jugó solo 44 minutos en toda la temporada pasada, diez minutos en dos partidos de Liga y 34 en Copa ante el Coruxo. Su última aparición en partido oficial fue precisamente ante el equipo gallego el pasado 16 de diciembre. Desde entonces no ha vuelto a jugar y no ha parado de encadenar lesiones. Ahora ha puesto de nuevo el reloj a cero. El reto es que este intento sea el bueno.